Eduardo Alarcón Orozco presenta su exposición «Tzintiliztli» en el restaurante ANGELOPOLITANO en la Ciudad de México.
Del 29 de noviembre de 2023 al 29 de febrero de 2024.
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Ser
Acrílico
2.5 x 1.5 m
2023
“En el principio, reinaba el caos y no había nada en ello. El abismo estaba sumido en la obscuridad y el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas”.
Ahora, ante tantos acontecimientos pudiera pensarse que todo lo conocido, puede desaparecer o bien al menos concebir que ya está cambiando.
Pero, la creatividad, la generosidad, el amor consciente podrá guiarnos. El solo hecho de iniciar con un gesto humano bondadoso, observar el cuidado de nuestro entorno hace vislumbrar que se renueve la esperanza de encontrar un equilibrio que nos irradie como la propia luz del Sol.
Mentalizarlo, imaginarlo, ponerlo en marcha de inmediato, iniciar un proceso creativo que no se detenga para albergar soluciones que puedan actuar en función de las necesidades de los pueblos e identificar sus mejores causas para que éstas se encuentren más vivas que siempre, haciendo uso inclusive del último recurso que pueda quedar, así sea el de la utopía.
Tzintiliztli; es para esta exposición de las obras de Eduardo Alarcón Orozco, en dónde nos apoderamos del tiempo para dejar ir el pasado, imaginar un gran futuro, pero centrándonos en el proceso de creación con tonalidades de verdad y de luces que emerjan de lo profundo, que se aluda a nuestros más grandes anhelos individuales y colectivos.
En el eterno vaivén de la vida, de la dualidad que acontece frente a nuestros ojos se ponga en el centro de la humanidad la consciencia de que nos encontramos ante la profunda necesidad de generar cambios del tamaño que se encuentren aludiendo el serpenteo cósmico que nuestros ancestros adoptaron en su sabiduría y que sigue presente en la cultura, de la mano con nuestra madre tierra.
Reconociendo los grandes ciclos y el descubrimiento de la búsqueda de la sabiduría y sus secretos explorando la cavidad húmeda de los orígenes, siguiendo el camino hacia la luz, tomando consciencia del entorno y del otro para por fin reconocernos.
Tzintiliztli; es para esta muestra el pensamiento en que comienza el colibrí izquierdo su viaje por la bóveda celeste, mientras se ilumina cada rincón de la existencia, el reaprender de nuevo los principios y las leyes del universo, observar sus ciclos que se conjugan con el arte de vivir cuándo germina el espíritu del guerrero, de los caballeros, águila, jaguar, serpiente emplumada, o la misma voluntad conquistada en el rostro y el corazón, nutriéndose así misma de la sabia de la naturaleza, encontrando la danza que armonice nuestros corazones y eleve nuestra alegría haciendo eco en el corazón dónde emerja la gran obra de arte que es nuestra existencia.
Exuberante al fin, para que empiece en su recorrido y así se dirija al ocaso, volviendo al Tzintiliztli, a la obscuridad de la noche engalanada por la Luna y las estrellas cuya luz recuerda la conquista del tiempo ya fue iluminado, convirtiéndose en un permanente llamado a sacudir el letargo y emprender el viaje, dejando salir la luz que hay en nosotros, creando el movimiento hasta que sean revoluciones, una nueva era producto de las consciencias de cada individuo y para una nueva era en la humanidad de la que estamos siendo testigos.
Eduardo Alarcón Orozco
Eduardo Alarcón Orozco´s abstrac piece “BE” offers a profund exploration of human existence in a world detached from desires. The artwork bursts with vibrant polychrome against a neutral canvas, symbolizing our search of meaning. Circular and undulting brush work in parts a dynamic timeless quality. The central theme highlights nostalgia role as a catalyst of human progress. The paintings energetic colors and fluid motion captivate pulling viewers into its enigmatic narrative. A reflective self in the background prompts introspection challenging us to recognize our place in the universe. “BE” es a captivating testament to humanity´s enduring quest for identity and self discovery, Orozco´s fearless use of color and movement trascends boudaries delivering a profund visual exprience that invites viewer to explore their own existence.
Mara Cipriano, Art Curator
La obra abstracta de Eduardo Alarcón Orozco, «SER», ofrece una profunda exploración de la existencia humana en un mundo distante de los deseos. La obra estalla con vibrantes policromías sobre un lienzo neutro, simbolizando nuestra búsqueda de significado. Los trazos circulares y ondulantes aportan una dinámica atemporal a partes de la obra. El tema central destaca el papel de la nostalgia como catalizador del progreso humano. Los colores enérgicos de la pintura y su fluido movimiento cautivan, atrayendo a los espectadores hacia su enigmática narrativa. Un autorretrato en el fondo invita a la introspección, desafiándonos a reconocer nuestro lugar en el universo. «SER» es un testimonio cautivador de la búsqueda constante de la identidad y el autodescubrimiento de la humanidad. El valiente uso del color y el movimiento por parte de Orozco trasciende fronteras, ofreciendo una experiencia visual profunda que invita al espectador a explorar su propia existencia.
Mara Cipriano, Curadora de arte
Secretos
La verdad se revela con el tiempo, esto es lo que enseña una de las esculturas más famosas de Bernini. Antes de llegar al fatal enfrentamiento con Cronos, sin embargo, guardamos celosamente nuestros secretos como gemas preciosas. Así como Melusina: una mujer mitológica de aspecto sublime con un terrible secreto.
Ruggiero queda encantado por la maravillosa apariencia de su esposa, pero está consumido por la curiosidad de descubrir por qué la mujer, una vez a la semana, pide estar a solas. Intrigado y celoso, irrumpe mientras la mujer se baña, en el día de la semana en que se le prohíbe mirarla. La sorprende en el baño: en lugar de piernas, Melusina tiene una cola de pez. La naturaleza bestial de la mujer lo aterroriza y su relación queda permanentemente destruida.
Guardados y temidos, los secretos son extremadamente frágiles y poderosos, son impetuosos. El rey Midas, conocido por estar condenado a convertir objetos en oro, oculta, en el mito clásico, orejas de burro bajo un tocado. El único que sabe de esta rareza física oculta al mundo es su barbero. El hombre simplemente no puede guardar silencio, cava un agujero en el suelo y luego grita en él estas palabras: “¡El rey Midas tiene orejas de burro!”. Apolo, al darse cuenta del gesto, hace crecer cañas sobre ese agujero, que, movidas por el viento, repiten la frase del barbero y se extiende por todo el mundo.
Los secretos son barreras contra el mundo exterior, imaginemos por un momento las consecuencias en nuestras vidas si hiciéramos públicos todos nuestros errores, prejuicios, deseos, hábitos, ambiciones. Estaríamos desnudos y solos. En un mundo muy inclinado a la exterioridad y el compartir, sería irrazonable no considerar guardar un secreto como una habilidad o virtud, esa capacidad intrínseca y peculiar de autocontrol que nos lleva a trazar una línea profunda entre lo que debe aparecer y lo que debe permanecer oculto. Los secretos nos ofrecen la ventaja de ser libres para explorar quiénes somos y manipular nuestra imagen para el consumo público. Son una cubierta social necesaria.
Sería sabio darse cuenta de que la sombra, en lugar de tragarse la luz, baila con ella en un juego fascinante y necesario de luz y oscuridad. La relación entre el secreto y el conocimiento también adquiere significado epistemológico en el simbolismo que abarca tanto la capacidad de ocultar como de revelar. Los secretos hacen poética nuestra vida; hacen poética la obra de los artistas. Piensa en artistas como Leonardo Da Vinci o Vincent Van Gogh, la vibración de los colores, la decisión o la delicadeza de los trazos, las líneas, la elección de un tema en particular, la carga expresiva, todos dejan huellas de los secretos del alma.
El arte no se agota en su creación, sino que se preserva en los detalles menores. Comprender la riqueza de las obras artísticas significa ser perspicaz, mirar más allá del lienzo, desenterrar apariencias. Por lo tanto, la galería de arte internacional M.A.D.S. invita a los artistas a flotar entre lo dicho y lo no dicho, lo representado y lo no representado. M.A.D.S. invita a los artistas a dejar que sus personalidades se filtren a través del medio comunicativo del arte, que no es inmediatamente explícito, y a dejarnos a nosotros, los espectadores, con la curiosidad de entender las verdades ocultas.
Art curator Mara Cipriano.