Eduardo Alarcón OrozcoAITXITXE (ABUELO)
Toro de Lidia
Técnica Mixta
50 x 70 cm
2022
«Que el momento que captura esta obra, sirva para inspirar la manera, de cómo el todo se conjuga al estar frente a aquello, de lo que seguro saldremos fortalecidos con alegría y valor al enfrentarlo y hacerlo nuestro aliado…»
La pintura semiabstracta presenta un toro de lidia como su figura principal. Hecho con técnica mixta, utiliza grandes pinceladas para capturar el movimiento del toro y crear un contraste con el fondo. La técnica de pincelado enfatiza el movimiento y la fuerza del toro, haciendo que sea el centro de atención en la obra. El fondo abstracto sirve como un contraste visual, permitiendo que la figura del toro brille y se destaque. En general, esta pintura es una representación vibrante y dinámica de un toro de lidia.
De la obra.
La veo, y contemplo como este toro de lidia, me ve fijamente; la veo en vivo, en el celular, en las redes y no deja de hablarme, susurrarme cosas al oído, su mirada, su nobleza, su naturaleza salvaje, su parecido a mi interior.
Puede decirme que estamos frente a frente y que el Sol se pone, que no hay nada que temer, que estamos uno a uno y la vida y la muerte, son la suerte de aquel que después de inspirarse se lanza al ruedo de la vida.
Puede recordarme el momento, las tardes de domingo con aquel gran ejemplo, que ahora se comparte con el de los grandes hombres que se van dejando una pérdida irreparable y que aun permaneciendo en nuestros recuerdos que atesoramos guardándolos en nuestra riqueza espiritual que acumula las memorias dominicales, son los recuerdos de los nuestros y que al pensar en ese campo abierto que se ilumina y obscurece como la breve vida, me impulsa a seguir adelante abriéndome paso en la lid del destino, sin claudicar.
Cómodamente, desde un lugar iluminado o desde un lugar a media luz, esta obra me habla, me dice que hay que mirar frente a frente aquello que representa un gran desafío y que está por venir, con arrojo y con valor, hasta que las nubes se tiñan de rojo y los campos de gloria anunciando el fin de nuestros días.
Ahí, en silencio su sombra y la paz que precede al encuentro se quedan fijos en nuestra memoria al toparse con la noble bestia que al convidarnos una mirada así, se antoja un encuentro que honra para que una a una, en cada mirada logre uno reconocerse por siempre.
«Gastelupe»
Deseaba contar, como Christian Jaques el egiptólogo francés, la travesía que recorrían los futuros príncipes de Egipto antes de ser Faraones en su encuentro con los toros salvajes, pero me pareció más afortunado agregar la manera en cómo un hombre como Alejandro Goitia QEPD al narrar cómo se formaron los grupos gastronómicos en su tierra natal y las raíces de dónde provengo, algún día inspiraron mi camino espiritual a través de la amistad, así de una manera simple y llana y rica, como concluyo fue toda su vida.
Esta narración, trajo a colación como la voluntad de un grupo de amigos, se da cita una vez al mes y se congrega con la finalidad de llevar a cabo una convivencia rica en emociones y momentos entrañables, dónde los lazos de amistad permanecen por toda una vida y se prolongan más allá de la muerte.
No es que ello sea una opción fuera de uso o moda, pero se antoja mantenerla viva ya que es la vivencia de aquello que resulta necesario para despertar el alma y resulta necesario para mantener dicha conmemoración como un acto simple, llano y rico en sabiduría.
En ese, el momento en que este toro bravío fue capturado con su noble y majestuosa naturaleza, de manera silenciosa y salvaje, pretendí sin lograrlo capturar el alma y sin mayor contexto de paisaje mostrar frente a frente lo que se intercambia cuándo se desnuda la materia de la que nos encontramos hechos, así frente a frente con arrojo y gallardía.